El rococó fue un movimiento artístico europeo de origen francés que se caracterizó por su estilo alegre y
provocador, y el gusto por la decoración excesiva. Se manifestó en la
pintura, la arquitectura, las artes decorativas y la escultura.
El arte rococó se
desarrolló a principios del siglo XVIII, en el período de transición
entre el barroco y el arte neoclásico.
Pese a que comparte con
el barroco el interés por la profusión de detalles, se distingue de este por sustituir su solemnidad y dramatismo por
el placer y el divertimento.
https://www.culturagenial.com/es/rococo/: fuente
Tal era el afán de divertimento que, de acuerdo con el investigador Michael Levey, el rococó no respetaba ni a la Iglesia ni al Estado. El amor, la sensualidad y la cotidianidad resultaban temas más interesantes que las glorias espirituales o temporales.
La palabra rococó proviene del término rocaille, especie de decoración de jardines basada en el uso de conchas marinas o guijarros, muy popular Italia y Francia durante el siglo XVII. Tanto el uso de estos motivos como la semejanza en los efectos logrados hicieron que se aplicara el término rococó a este estilo.
Para comprender este estilo, conozcamos a continuación sus características, sus principales representantes y obras y su contexto histórico.
Características del arte rococó
A diferencia del
arte barroco, el arte rococó se caracterizó por ser
alegre, celebrar la vida, dar espacio al humor, a la gracia y al erotismo ligero. Puede decirse que fue, en realidad, la expresión de una clase social que
huía del aburrimiento por medio de un arte entusiasta, sin pretensiones trascendentes o
didácticas.
Carácter gracioso y
festivo
El arte rococó fue,
ante todo, un estilo que buscaba expresar gracia y alegría. Su carácter era
festivo. Aunque el rococó fue recargado en la
decoración, sus atmósferas buscaron ser luminosas y entusiastas.
Los
temas preferidos en el rococó fueron las aventuras
sentimentales, las escenas pastoriles, los divertimentos de la élite ociosa y
la vida doméstica. Pero a pesar de la apariencia edulcorada de los temas, estos
tenían una conexión con la experiencia.
No se dejaron de tratar los temas religiosos, mitológicos o
históricos, pero fueron despojados de su solemnidad.
Atrás quedaron las escenas moralizantes, didácticas o que hacían
ostentación de poder. Todo
tema pasaba por el filtro de la gracia, el placer y la cotidianidad.
El rococó fue un arte atento al detalle y a la ornamentación excesiva. Los
artistas, diseñadores y arquitectos enriquecieron la decoración de las obras
con elementos tan profusos como imaginativos. No era extraño encontrar elementos de las culturas orientales como
fauna, la flora y toda clase de motivos.
Uso de tonos pasteles y
blancos
Una de las formas que encontraron los artistas del rococó para aportar gracia y alegría fue cambiar la paleta de colores terrosos, oscuros e intensos por tonos pasteles y blancos. Esto fue aplicado tanto en la pintura como en la decoración arquitectónica, gracias a lo cual todo quedaba envuelto en gracia y sensualidad.
Arte liberado de su
función propagandística
El rococó liberó al arte de su papel propagandista. El arte ya no estaba al servicio de las causas eclesiásticas o absolutistas, y ello influía en la libertad temática y de estilo. El arte ya no tenía que ser el vehículo de una "verdad", ni necesitaba ser serio. Bastaba con que fuera plácido.
Tres acontecimientos fueron fundamentales en el impulso del rococó:
1. la muerte del rey Luis XIV;
2. la influencia de la favorita del rey
Luis XV, la marquesa de Pompadour;
3. el intercambio de artistas entre las
diferentes cortes europeas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario