lunes, 30 de noviembre de 2020

ROCOCÓ

 

El rococó fue un movimiento artístico europeo de origen francés que se caracterizó por su estilo alegre y provocador, y el gusto por la decoración excesiva. Se manifestó en la pintura, la arquitectura, las artes decorativas y la escultura.

El arte rococó se desarrolló a principios del siglo XVIII, en el período de transición entre el barroco y el arte neoclásico.

 Pese a que comparte con el barroco el interés por la profusión de detalles, se distingue de este por sustituir su solemnidad y dramatismo por el placer y el divertimento.

https://www.culturagenial.com/es/rococo/: fuente

Tal era el afán de divertimento que, de acuerdo con el investigador Michael Levey, el rococó no respetaba ni a la Iglesia ni al Estado. El amor, la sensualidad y la cotidianidad resultaban temas más interesantes que las glorias espirituales o temporales.

 

La palabra rococó proviene del término rocaille, especie de decoración de jardines basada en el uso de conchas marinas o guijarros, muy popular Italia y Francia durante el siglo XVII. Tanto el uso de estos motivos como la semejanza en los efectos logrados hicieron que se aplicara el término rococó a este estilo.

 

Para comprender este estilo, conozcamos a continuación sus características, sus principales representantes y obras y su contexto histórico.

 

Características del arte rococó

A diferencia del arte barroco, el arte rococó se caracterizó por ser alegre, celebrar la vida, dar espacio al humor, a la gracia y al erotismo ligero. Puede decirse que fue, en realidad, la expresión de una clase social que huía del aburrimiento por medio de un arte entusiasta, sin pretensiones trascendentes o didácticas.

Carácter gracioso y festivo

El arte rococó fue, ante todo, un estilo que buscaba expresar gracia y alegría. Su carácter era festivo. Aunque el rococó fue recargado en la decoración, sus atmósferas buscaron ser luminosas y entusiastas.

Los temas preferidos en el rococó fueron las aventuras sentimentales, las escenas pastoriles, los divertimentos de la élite ociosa y la vida doméstica. Pero a pesar de la apariencia edulcorada de los temas, estos tenían una conexión con la experiencia.

No se dejaron de tratar los temas religiosos, mitológicos o históricos, pero fueron despojados de su solemnidad.

Atrás quedaron las escenas moralizantes, didácticas o que hacían ostentación de poder. Todo tema pasaba por el filtro de la gracia, el placer y la cotidianidad.

El rococó fue un arte atento al detalle y a la ornamentación excesiva. Los artistas, diseñadores y arquitectos enriquecieron la decoración de las obras con elementos tan profusos como imaginativos. No era extraño encontrar elementos de las culturas orientales como fauna, la flora y toda clase de motivos.

Uso de tonos pasteles y blancos

Una de las formas que encontraron los artistas del rococó para aportar gracia y alegría fue cambiar la paleta de colores terrosos, oscuros e intensos por tonos pasteles y blancos. Esto fue aplicado tanto en la pintura como en la decoración arquitectónica, gracias a lo cual todo quedaba envuelto en gracia y sensualidad.

Arte liberado de su función propagandística

El rococó liberó al arte de su papel propagandista. El arte ya no estaba al servicio de las causas eclesiásticas o absolutistas, y ello influía en la libertad temática y de estilo. El arte ya no tenía que ser el vehículo de una "verdad", ni necesitaba ser serio. Bastaba con que fuera plácido.

Tres acontecimientos fueron fundamentales en el impulso del rococó:

1.    la muerte del rey Luis XIV;

2.    la influencia de la favorita del rey Luis XV, la marquesa de Pompadour;

3.    el intercambio de artistas entre las diferentes cortes europeas.


EL COLUMPIO

EL BESO ROBADO


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